El espacio de comedor es una zona muy importante de la vida escolar. Ocurre lo mismo con ese instante de reunión en familia en casa. Cuando la conversación en torno a la mesa y el disfrute de un menú saludable es uno de los momentos más significativos del día.
Resulta necesario tomar conciencia de la trascendencia que este servicio de comedor posee en el colegio. Observa, por ejemplo, cuánto tiempo pasan los niños a lo largo del curso en este espacio. Y, toma conciencia, también, del significado de este momento en su rutina.
Los niños viven un momento de crecimiento y desarrollo, por lo que necesitan una alimentación sana que se adapte a sus necesidades nutricionales. La actividad de la agenda de un niño es muy completa: el horario escolar, los deberes, los juegos al aire libre, las actividades extraescolares… La alimentación adecuada es determinante a nivel físico y emocional. El niño reclama esta alimentación sana al igual que el descanso reparador.
Apoyo a la conciliación familiar
Las circunstancias familiares cambian a partir de distintos aspectos sociales, y este hecho también es observable en el tema que abordamos. Cada vez más niños comen a diario en el comedor escolar. Cada decisión está motivada por unas circunstancias específicas. En concreto, padres y madres adoptan decisiones para conciliar el tiempo de trabajo con la vida familiar. Espacios que no siempre son compatibles en cuestiones tan esenciales como el horario de la comida.
Este tiempo de conciliación va más allá del espacio de mediodía. Así lo muestra el tiempo necesario para planificar, preparar y cocinar los menús de cada día. En un comedor de calidad, los niños disponen de menús sanos, variados y equilibrados. Además, dada la importancia de la comunicación entre el colegio y los padres, tú podrás estar informado de cualquier duda que tengas sobre esta cuestión. Por ejemplo, sobre la planificación de los menús de las próximas semanas.
Datos sobre la situación actual de los comedores escolares
Como consecuencia de esta incompatibilidad de horarios, no siempre es posible comer en casa a diario. Aproximadamente, 2 millones de niños asisten cada día al comedor escolar. Un espacio que debe observarse desde la relevancia que tiene en la adquisición de hábitos saludables. La alimentación es fundamental para el bienestar de todo ser humano. Recientes estudios dan la voz de alarma sobre los efectos de una alimentación inadecuada en la infancia. Por ejemplo, el riesgo de sobrepeso.
Los colegios deberían conferir la misma importancia al servicio de comedor que a cualquier otro. Es tan importante como ofrecer una enseñanza de calidad. O como potenciar la formación en idiomas. Para tener un mapa completo de la situación actual conviene precisar que un 36,4 % de los centros escolares tiene cocina propia.
El porcentaje restante ofrece un servicio de comedor que cuenta con la colaboración externa de un catering. Así mismo cuatro empresas gestionan más del 50 % de este sector. Estos datos pueden ayudarte a situarte en este contexto.
El comedor escolar es un espacio de convivencia. Allí los niños se relacionan con otros compañeros. Allí practican las habilidades sociales en torno a la mesa. Un concepto que también adquiere significado en la infancia. En relación con el cuidado del bienestar, la alimentación tiene un papel esencial.
Precisamente, a través de una alimentación saludable en la infancia, tu hijo adquiere hábitos esenciales para el resto de su vida. Por ejemplo, esta alimentación saludable es clave para reducir el consumo de dulces y de bollería industrial. Por el contrario, es muy importante que el niño tenga una alimentación sana, variada y equilibrada.
La importancia del comedor está tan presente como la de cualquier otro aspecto en tu elección de un centro escolar. En otras palabras, puedes valorar positivamente a aquellos centros que ofrecen un servicio de calidad. Allí los niños aprenden valores. También aprenden a comer de todo al tener un menú distinto para cada día.
Los buenos modales en la mesa
En este escenario de interacción social, los niños también tienen el refuerzo positivo de los demás compañeros de comedor. Por ejemplo, el niño puede observar cómo otros niños terminan el menú del día. El ambiente del comedor, además, está apoyado por la profesionalidad de los monitores. Profesionales que acompañan a los niños en este momento de la jornada. Este entorno de aprendizaje es propicio para adquirir nuevos hábitos y afianzarlos. Por ejemplo, los modales en la mesa. Este comportamiento en la mesa también debe ser practicado y valorado en casa.
Las normas también educan. Al igual que en el hogar existen unas normas, en el comedor escolar también las hay. En este sentido, la atención a las normas del comedor mejora la convivencia. Por ejemplo, interiorizando el respeto por los compañeros y por los profesionales que trabajan en él.
La motivación por estar con otros niños convierte este espacio en un aliciente de felicidad infantil. En consecuencia, conviene observar el potencial del comedor escolar desde la perspectiva de la educación. De forma metafórica podría expresarse la función de este espacio como una nueva clase. Los conocimientos relacionados con esta temática son tan relevantes como los de cualquier otra asignatura. Esta educación está directamente vinculada con la vida diaria.
La comunicación también gira en torno a la mesa. Los niños pueden aprender a dar las gracias por el menú de cada día. Experimentan alegría cuando ese día tienen su postre favorito. Descubren nuevos sabores en la mesa. O, también, pueden pedir amablemente aquello que necesiten. Este aprendizaje también es necesario en el hogar, donde el niño podrá practicarlo siempre o al acudir a un restaurante en una celebración especial para comer en familia.
Por tanto, si buscas un colegio de calidad, consulta información del centro de forma integral. En especial, consulta la información relativa a las características del servicio de comedor. Una alimentación de calidad, junto con otros hábitos saludables resulta decisivo en el rendimiento académico del alumno. Recuerda que muchos de los momentos de la vida giran en torno a la mesa. No solo los instantes de celebración, sino también los que corresponden a la cotidianeidad.