En la actualidad, los colegios están en continuo cambio y ebullición. Los maestros y profesores reciben una formación novedosa y continuada cada año y, aunque en algunas ocasiones parezca que no se avanza lo suficiente, no cabe duda de que las escuelas actuales poco tienen que ver con las de hace unas décadas.

No obstante, no es suficiente con hacer pequeños cambios en la educación de nuestros hijos. Tenemos que ir más allá y dotarles de todas las herramientas necesarias para un futuro. A continuación, te contamos más sobre las metodologías de formación integral y por qué es necesario implementarlas en nuestro país.

Una nueva era necesaria en educación

Hoy en día, casi cualquier niño nace con unos dispositivos tecnológicos que nosotros hemos tardado años en implementar en nuestro día a día. Esta revolución digital que hemos sufrido en nuestras vidas, afecta de forma inevitable a la educación

Los alumnos han de seguir siendo los protagonistas de su propio aprendizaje a la vez que se da un giro en los métodos de enseñanza, donde también tienen cabida las tecnologías. Es decir, tenemos que educar a las nuevas generaciones mostrando el gran potencial de la tecnología, que es una herramienta que podemos utilizar para facilitar determinados aspectos de nuestra vida. Los dispositivos son un medio, una herramienta, pero nunca un fin en sí mismos y es importante que los alumnos entiendan esta diferencia.

El futuro todavía no ha llegado a nuestra imaginación

Decimos que la tecnología ha supuesto un cambio enorme en nuestras vidas, pero parece que las novedades no han hecho más que llegar. El futuro de nuestros hijos es completamente incierto y se estima que el 65 % de los niños en edades comprendidas entre 6 y 9 años, trabajarán en empleos que no conocemos actualmente.

Así que, la típica pregunta de «¿Qué quieres ser de mayor?» y que muchos de nosotros hemos contestado y preguntado bastantes veces, resulta más incierta que nunca. Hace algunos años se demandaban muchos arquitectos e ingenieros, mientras que la tendencia actual parece dirigirse más hacia los analistas de datos y científicos.

Ahora bien, ¿qué recomendar a nuestros niños?, ¿Existe alguna profesión que les garantice un futuro digno?

Es necesario fomentar el potencial que tiene el alumnado a título individual

En nuestras escuelas, creemos que todos los alumnos tienen grandes habilidades y dones. Sin embargo, cada uno muestra diferentes aptitudes y, por ello, creemos profundamente en fomentar el potencial de cada alumno para conseguir la mejor versión de sí mismo. Apostando por esta vía, los niños serán su mejor versión y podremos asegurarles el desarrollo personal y profesional que se merecen en el futuro.

En una sociedad donde las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) juegan un papel tan importante, parece poco necesario incidir en las escuelas en adquirir extensos conocimientos que están a tan solo un click en nuestros dispositivos.

Por ello, en lugar de apoderarse de detalles, fechas y un montón de datos que no resultan útiles para nuestro futuro, apostamos por la educación por mejorar las habilidades y valores de cada alumno. Esto, además de un importante desarrollo a título personal, conseguirá crear sociedades más colaborativas y de mayor apoyo entre sus miembros.

Resulta necesario que cada niño sepa que una habilidad no es mejor que otra y que todas tienen cabida. Simplemente, hay que trabajar para mejorar la parte diferencial que a cada uno nos hace mejores personas. Esto llevará a otro de nuestros objetivos educativos: que cada alumno se sienta orgulloso de sí mismo y de sus compañeros, a pesar de que haya diferencias entre ellos.

Nuevas metodologías

Parece que ha quedado más que justificado la necesidad de introducir importantes cambios en la educación con el objetivo de no incidir solo en los conocimientos, sino también en habilidades personales de cada alumno y una serie de competencias y valores que han de adquirir todos ellos.

Para lograr estos objetivos, las nuevas metodologías buscan fomentar el trabajo por proyectos, la responsabilidad, la comunicación, el autoconocimiento, el trabajo colaborativo, etc. Es decir, todas esas habilidades que harán falta a nuestros alumnos cuando se enfrenten al mundo laboral.

Las nuevas metodologías trabajan siempre para formar niños en valores y con un denominador común: el desarrollo de las competencias.

Trabajo por competencias

La definición formal de competencia en el ámbito educativo, la enuncia como una acción integral entre identificación, interpretación, argumentación y resolución de un problema determinado de la forma más adecuada y bajo una ética idónea. Para ello, habrá que aunar el saber ser, el saber hacer y el saber conocer.

En la práctica, la legislación educativa ha decidido definir las competencias clave en educación como las siguientes:

  • Competencia en comunicación lingüística. Se refiere a la habilidad de manejar una o más lenguas, pudiendo comunicarse con otras personas de forma oral y escrita y expresar deseos e ideas.
  • Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología. En este caso, el alumno deberá adquirir la capacidad de razonar matemáticamente para resolver cuestiones sencillas de la vida cotidiana y utilizar conocimientos y metodología básicos en ciencia para explicar el mundo que nos rodea. En cuanto a la tecnología, deberá aplicar conocimientos relacionados con esta materia para plantear soluciones a determinados problemas.
  • Competencia digital. Aunque la mayoría de los niños sean nativos digitales, esta competencia se refiere a una utilización crítica y segura de las TIC en nuestro beneficio.
  • Aprender a aprender. Es una de las competencias que abarcan todas las materias de aprendizaje. Persigue que el alumno sea consciente y el principal autor de su proceso de enseñanza-aprendizaje.
  • Competencias sociales y cívicas, sobre la relación con otras personas de forma colaborativa, así como la acción de actuar activa y democráticamente en sociedad.
  • Sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor. Trabajando esta competencia, los alumnos consiguen pasar de una idea a una realidad y se trabaja la creatividad y gestión de proyectos.
  • Conciencia y expresiones culturales. Esta habilidad permite a los niños apreciar la expresión artística de la música, artes escénicas, plásticas o literatura.

Todas estas competencias se trabajan en la educación gracias, en gran medida, a las nuevas metodologías de aprendizaje integral. En función del nivel de enseñanza (Infantil, Primaria, Secundaria o Bachillerato), cada alumno tendrá que adquirir unos objetivos diferentes.

¿Qué es la educación en valores?

Otro de los pilares fundamentales de las metodologías integradoras son los valores con los que se educa. Padres y profesores son modelos que los niños imitan y, por tanto, hemos de inculcar valores sociales y cívicos para crear grandes personas.

Estos valores están relacionados con la competencia social y cívica y se implementan en el aula promoviendo el espíritu crítico, la responsabilidad, el respeto, la igualdad de oportunidades, la riqueza de la diversidad, así como una conciencia medioambiental que ayuda a preservar el planeta.

Hasta ahora hemos visto las líneas generales en las que se basa la integración de valores, habilidades y fomento de cualidades. Sin embargo, estos aspectos subyacen bajo todas las metodologías integrales que han desarrollado diferentes autores. A continuación, hablaremos de algunas de los modelos pedagógicos alternativos más conocidos: Montessori, Waldorf, Doman, el Mindfulness, Kumon, Kidsbrain o Amara Berri.

Método Montessori

Este método es uno de los pioneros en las metodologías educativas alternativas. Fue iniciado por María Montessori a finales del siglo XIX y sigue utilizándose como una gran novedad en las escuelas actuales.

Fundamentalmente, este modelo propone que el alumno sea el protagonista del aprendizaje y el profesor o maestro pase a realizar un papel de guía.

El profesor propone tareas que no tienen unas especificaciones iniciales y que permiten a los niños corregirse y seguir avanzando hasta llegar a una solución. El objetivo es que conozcan sin ayuda el medio que les rodea y que adquieran conocimientos por sí solos. En su etapa de observador, el profesor tendrá que ayudar a los alumnos o corregir algunos de los conocimientos que van asimilando si no resultan del todo precisos.

Las ventajas fundamentales de este método es que el alumno se convierte en la pieza principal y activa del aprendizaje, además de adaptarse al ritmo de cada alumno. Por otra parte, también permite un desarrollo personalizado, potenciando las habilidades más propias de cada niño y se trata de un proceso muy creativo con desarrollo espontáneo de las funciones cognitivas.

No obstante, también hay que tener en cuenta algunas de las desventajas que es posible paliar con la ayuda de los profesores. Por tratarse de un proceso tan libre, es posible que algunos niños no sepan establecer límites y eso les lleva a un comportamiento disruptivo. Al tratarse de un aprendizaje tan personalizado, algunos niños pueden rezagarse al no ver retos que superar y es posible que en algunas ocasiones se pasen por alto algunos aprendizajes.

El método Montessori es uno de los más aplaudidos gracias al desarrollo tan potente de la creatividad y cooperación entre alumnos. Al contrario de lo que podría parecer al principio al tratar al profesor como un mero «guía», el trabajo que este ha de realizar es mucho mayor que con una metodología tradicional. Es preciso que este realice un buen seguimiento de cada alumno, incidiendo en los conocimientos más fundamentales y estableciendo unas mínimas pautas de comportamiento. Con ello, el éxito está prácticamente asegurado.

Pedagogía Waldorf

Esta metodología educativa surgió prácticamente de forma espontánea cuando en 1919 se abrió una escuela en Alemania para educar a los hijos de los trabajadores de una fábrica. Desde entonces, el éxito ha sido tan rotundo que en la actualidad existen más de mil escuelas que siguen estas directrices iniciadas por su autor, Steiner.

En este caso, son los profesores y la escuela los que establecen los contenidos que van a impartirse con una gran libertad. También eligen cuál es la metodología que se va a llevar a cabo y cómo se jerarquiza la escuela. Steiner, estableció unas directrices fundamentales que se cumplen en todas las escuelas de metodología Waldorf y que son las siguientes:

  • En la etapa preescolar (alumnos hasta 6 o 7 años), los niños desarrollarán la creatividad a través de actividades prácticas y juegos.
  • En la etapa de primaria, hasta los 12 o 14 años, se trabajará fundamentalmente la expresión del arte y las habilidades sociales.
  • En la etapa de secundaria, que se inicia cuando se considera finalizada la etapa anterior, se persigue desarrollar el razonamiento, el espíritu crítico y la empatía por los demás.

Con estas guías tan amplias, los profesores desarrollan actividades con las que se persigan todos estos objetivos. Nuevamente, el papel del docente es fundamental y sobre él recae el peso de elaborar actividades didácticas para el alumnado.

Método Doman en la educación

Doman, a la cabeza de un grupo de neurólogos y especialistas, estudió la plasticidad neuronal y desarrolló un método que permitía una estimulación temprana en niños. En este caso, la metodología Doman se dirige en su mayoría a los niños de preescolar o jardín de infancia. En los primeros años de vida, se producen la mayoría de las conexiones neuronales y esto va a resultar determinante en un futuro para desarrollar procesos y habilidades.

Esta metodología, se divide a su vez en diferentes programas como son los siguientes:

  • Programa de Lectura.
  • Programa de Inteligencia.
  • Programa Musical.
  • Programa de Matemáticas.
  • Programa de Escritura.
  • Programa de Excelencia Física.
  • Programa de Segundo Idioma como lengua extranjera, que generalmente es el inglés.

Todas estas habilidades se adquieren a través de lo que los expertos en esta metodología denominan «bits de inteligencia». Estos son estímulos que el cerebro puede procesar a través de cualquiera de sus vías sensoriales. Para ponerlo en práctica y que resulte útil, la información que le damos al niño ha de cumplir con la característica de ser novedosa, simple y concreta y que capte su atención.

Estos programas se desarrollan en niños de baja edad que están estableciendo las conexiones entre neuronas. Por ello, se recomienda que sean los padres del bebé o del niño de corta edad los que les den esos «bits de inteligencia».

Mindfulness en la educación de los niños

Es posible que hayas escuchado hablar con anterioridad del mindfulness, aunque probablemente asociado al estrés al que estamos sometidos los adultos. Sin embargo, esta técnica también puede utilizarse en educación para niños y da muy buenos resultados.

El mundo actual está repleto de estrés, inmediatez y distracciones de todo tipo. Esto hace que los casos de alumnos con déficit de atención sean cada vez más numerosos. El mindfulness pretende hacer mella en este punto, logrando recuperar la atención plena del alumnado. Las técnicas de relajación de este estilo buscan centrar la mente en el presente, logrando la atención sostenida en el tiempo de forma deliberada.

El mindfulness ha demostrado ser eficaz en programas de estrés, dolor crónico, ansiedad o sufrimiento, pero también se ha visto que tiene resultados muy positivos sobre los niños en el aula. Así, algunas escuelas holandesas ponen en práctica estas técnicas relajantes durante 10 minutos y eso permite a los niños focalizar su atención y permanecer más tranquilos y concentrados en el aula. Podría decirse que el mindfulness es un complemento educativo de gran calidad y permite al alumno parar durante unos minutos, reflexionar y escoger una opción mejor.

Kumon: un método para lograr resultados duraderos

A mediados de los años 50, el japonés Toru Kumon desarrolló esta metodología para conseguir que su hijo, con dificultades en el área de matemáticas, consiguiera avanzar en el aula. Más adelante, y viendo el éxito de su programa, decidió aplicarlo también a la comprensión lectura y el inglés.

El programa Kumon se plantea como unas actividades extraescolares que el alumno debería realizar unas dos veces por semana en las que se trabaja para conseguir mejorar la autoconfianza y la motivación del alumno, aumentar su rendimiento académico y conseguir que se convierta en autodidacta dentro de lo posible. 

Kumon desarrolló una serie de cuadernillos que cada vez tienen un nivel superior y que han de seguirse para lograr los objetivos. Los padres juegan un papel fundamental en esta metodología, ya que deberán corregir y calificar los ejercicios que han realizado sus hijos cada día (el método les ofrece unas pautas muy sencillas para la corrección) y motivarlos para que vean que su esfuerzo tiene una recompensa.

En cuanto al autodidactismo, este se consigue cuando el niño se enfrenta por sí solo a los ejercicios que ha de resolver y que se encuentran por encima del nivel que está impartiéndose en el aula. De esta forma, tiene que resolver problemas y retos que le suponen un desafío intelectual y que le ayudarán a buscar soluciones más creativas y personales. Con esto, conseguiremos aumentar la confianza que tiene en sí mismo.

Kidsbrain: enseñanza del ábado en inglés

Otra de las metodologías alternativas e integradoras es Kidsbrain. Este proyecto se basa en el cálculo numérico y el ábaco, uno de los instrumentos más antiguos que se utilizaban en matemáticas.

Esta metodología combina deporte, cálculo aritmético y otras actividades que se realizan por completo en inglés. La idea es promover las matemáticas como una actividad extraescolar que no es aburrida y que ayuda al desarrollo mental, gracias a fomentar el cálculo mental.

La empresa que ha desarrollado esta metodología en España, ha realizado estudios antes y después de que los alumnos recibieran formación con el ábaco y los resultados son enormemente positivos. Se ha visto que la utilización del ábaco aumenta:

  • Resolución de problemas.
  • Nivel de concentración.
  • Memoria a corto plazo.
  • Habilidad espacial.
  • Memoria asociativa.
  • Creatividad.
  • Entendimiento de conceptos abstractos.
  • Habilidad matemática, entendida como cálculo mental.

En definitiva, esta metodología muestra al alumno el ábaco de forma divertida y amena para mejorar sus habilidades matemáticas y otra serie de capacidades relacionadas con estas.

Amara Berri: la educación a través de las situaciones cotidianas

Este modelo fue desarrollado por los Jesuitas de Durango y Loli Anaut a finales de los años 70. El Gobierno Vasco decidió incluirlo en sus escuelas tan solo 20 años después.

De nuevo, nos encontramos ante una metodología que se basa en las competencias, a través del juego y las situaciones cotidianas. A través de actividades conocidas por todos los niños como son la radio, el teatro, la prensa, las charlas, las marionetas o el barrio, se trabaja sobre unas competencias con dos objetivos. El primero de ellos es promover un sistema globalizado y abierto, donde cada alumno tiene un ritmo de aprendizaje. El segundo, el proceso vital, trabaja con la gamificación, el juego y la imitación de la vida adulta adaptada a la infancia.

Con esta metodología, Amara Berri pretende conseguir seis objetivos, que se comentan a continuación:

  • Individualización. Se refiere a una adaptación al ritmo de trabajo de cada niño, teniendo en cuenta sus capacidades, aportando ayuda en aspectos que pueda necesitar y enfatizando sus virtudes.
  • Socialización. Desde la infancia, hay que promover valores de sociedad y cooperación entre los diferentes alumnos, para que comiencen a entender que somos seres sociales.
  • Actividad. Los alumnos han de tomar decisiones y adquirir una cualidad fundamental que es el aprender a aprender. Han de ser conscientes de que sus decisiones son el motor del aprendizaje.
  • Creatividad. Durante la infancia, se establecen las conexiones neuronales y es fundamental desarrollar las competencias artísticas que también ayudan a la toma de decisiones.
  • Libertad de decisión. Relacionado con la actividad y la creatividad, los alumnos tienen una gran libertad para escoger en su aprendizaje.
  • Globalización. Vivimos en un mundo global y los alumnos han de tomar conciencia de ello.
  • Normalización. El niño tiene que poner en contexto una situación para así poder llegar a una decisión acertada.

En Ambara Berri, los alumnos van rotando por diferentes aulas, cada una de la cual está especializada en una materia y así se construye un aprendizaje completo y basado en las competencias.

¿Y cómo elegir el mejor colegio con la metodología más avanzada?

En el mundo cambiante en el que nos encontramos, es necesario implantar desde ya las metodologías integrales en la educación. No obstante, también hay que tener en cuenta otro factor y es que el mundo ha acortado distancias y aumentado las comunicaciones.

Nos encontramos en un mundo plural en el que el idioma universal es el inglés y es fundamental que los niños lo conozcan desde pequeños a través de una educación bilingüe.

Da igual si estás buscando el mejor colegio en Valencia, un colegio en Alicante, el mejor colegio privado de Castellón, un colegio bilingüe en Valladolid o el mejor colegio en Asturias. Los alumnos siempre deben tener a su disposición las herramientas clave y su utilización para resolver problemas y conseguir un mundo mejor. Y el inglés es una de las herramientas más poderosas que van a permitir que nuestros hijos dispongan de grandes oportunidades a su alcance.